El primer ministro japonés Shinzo Abe, anunció el levantamiento del estado de emergencia por la epidemia del COVID-19 en las últimas regiones en que seguía vigente, incluida Tokio, pero insistiendo en mantener la cautela. Abe pidió prudencia y adaptarse a “una nueva normalidad” para seguir evitando tres situaciones específicas: los lugares cerrados o repletos de gente, y los contactos cercanos. “Si bajamos la guardia, la infección se propagará rápidamente (…) debemos mantenernos atentos”, advirtió. “Es necesario crear una nueva forma de vida, debemos cambiar nuestra manera de pensar a partir de ahora”.
Inicialmente el levantamiento sería el 6 de mayo, pero la medida fue prolongada hasta el 31 de este mes, sin embargo, debido al descenso en los nuevos casos incitó al gobierno a levantarla de manera anticipada el 14 de mayo en 39 de las 47 prefecturas del archipiélago, y el jueves en Kioto y Osaka. Además presentó un plan para recuperar la economía de un monto de un billón de dólares, lo que incluye la distribución de 100 mil yenes por habitante para impulsar el consumo.
Hasta ahora, Japón ha registrado más de 16.000 casos y 800 muertes en un país de 126 millones de habitantes. “Hemos conseguido poner el brote bajo control en solo un mes y medio. Esto demuestra la efectividad del modelo japonés” ha dicho el primer ministro https://t.co/yeZDHdXs6Z
— EL PAÍS (@el_pais) May 25, 2020