Por José Antonio Bejarano
Joe Biden, candidato demócrata para la presidencia de Estados Unidos y exvicepresidente de Obama, ha sido criticado duramente por su larga carrera política, su edad avanzada, pero sobretodo, por no tener el mismo carisma de su antiguo correligionario, característica que es indispensable para derrotar electoralmente a una personalidad tan agresiva como la de Donald Trump.
America is an idea stronger than any army and bigger than any ocean. It’s more powerful than any dictator or tyrant. It offers hope. #DemConvention pic.twitter.com/93R8wxNzUk
— Joe Biden (@JoeBiden) August 19, 2020
Para compensar estas carencias, el candidato demócrata ha elegido a la senadora Kamala Harris para reivindicar de nuevo, incluso con mayor intensidad, el legado de Obama, y dar voz y representación a un Estados Unidos multicultural e incluyente, el cual había sido sumamente dañado por el nativismo y racismo de Trump.
Back when Kamala was Attorney General, she worked closely with Beau. I watched as they took on the big banks, lifted up working people, and protected women and kids from abuse. I was proud then, and I'm proud now to have her as my partner in this campaign.
— Joe Biden (@JoeBiden) August 11, 2020
El puesto de vicepresidente es percibido por algunos analistas como un cargo frustrante debido a que esta figura está prácticamente subordina por el presidente, de tal manera que, a veces, el vicepresidente es sólo un auxiliar y no una figura de liderazgo político. Sin embargo, la avanzada edad de Biden, 77 años, pone en una situación especial a su candidata a la vicepresidencia porque si él fuese electo y muriera en el transcurso de su mandato, Kamala Harris se convertiría automáticamente en la primera presidenta de los Estados Unidos. No obstante, aunque Biden no muriera ejerciendo como presidente, Harris también sería la candidata natural para sucederlo en las elecciones posteriores a su mandato si es que los demócratas ganan. Además cabe destacar que probablemente ella tenga una gran influencia en la toma de decisiones debido a su personalidad enérgica, la cual contrarresta el carácter de Biden. Todas estas circunstancias colocan a Harris en una posición muy cercana para convertirse en la primera presidenta de los Estados Unidos bajo ciertas circunstancias.
Wearing a mask can save lives. Do your part. pic.twitter.com/sdeQDeCXKl
— Kamala Harris (@KamalaHarris) August 17, 2020
Kamala Harris fue elegida por Joe Biden porque es una figura política que puede atraer tanto el voto de la izquierda moderada como el de la izquierda radical. Tanto como senadora y fiscal general, Harris tiene un historial prácticamente moderado. Por un lado, a pesar a que ha manifestado su oposición personal a la pena de muerte, la candidata ha apoyado su uso mientras fue fiscal de distrito en San Francisco y fiscal general de California. También, durante ese periodo de su carrera, Harris se puso del lado de la policía frente a sospechosos que fueron injustamente tratados por el sistema de justicia californiano. No obstante, Harris ha tratado de moverse hacia la izquierda durante la campaña al apoyar la educación superior gratuita, el plan contra el cambio climático Green New Deal y la creación de un sistema sanitario universal. Además su condición de minoría al ser la primera mujer afroamericana y asiática-estadounidense que compite por la vicepresidencia puede atraer a sectores izquierdistas radicales, quienes no votarían por Joe Biden debido su larga permanencia en el establishment de Washington.
Indudablemente, la elección presidencial del 2020 es una elección histórica, no solo por las medidas sanitarias en la que esta se va a llevar a cabo debido a la pandemia de coronavirus, sino también, porque esta elección está abriendo el camino para que en un futuro cercano una mujer ocupe el puesto más importante del mundo al ser la presidenta de los Estados Unidos.
José Antonio Bejarano es especialista en política internacional y geopolítica.