Después de 40 días sin tener noción del tiempo, siete mujeres y ocho hombres de entre 27 y 50 años abandonaron una cueva de los Pirineos, al suroeste de Francia, donde se habían confinado voluntariamente para realizar un experimento. Las personas tenían los rostros pálidos pero se encontraban en buen estado físico. Sin reloj, teléfono o luz natural, los 14 voluntarios, conducidos por el explorador franco-suizo Christian Clot, tuvieron que acostumbrarse a los 12 grados y 95 por ciento de humedad de la cueva de Lombrives en Ariège, donde generaban su propia electricidad a través de un sistema de pedales y extraían agua a 45 metros de profundidad.
Según el explorador, también fundador del Human Adaptation Institute, este experimento llamado Deep Time (Tiempo profundo) se enfocó en estudiar las capacidades de las personas para adaptarse a la pérdida de puntos de referencia espacio-temporales, una cuestión planteada sobre todo con la crisis sanitaria. A su salida, los 15 participantes en la operación Deep Time se reunieron con sus familiares, antes de una conferencia de prensa y de un intercambio sobre su experiencia con periodistas.
Estudio del tiempo profundo: un grupo de voluntarios emerge de una cueva en Francia tras pasar 40 días aislados https://t.co/m2ztQHW5td
— 20minutos.es (@20m) April 25, 2021