Por José Antonio Bejarano
En los últimos años, Taiwán ha acaparado una gran parte de la atención de la prensa internacional, la cual solamente ha sido eclipsada por la pandemia de Covid-19, la toma del Capitolio o bien, la guerra en Ucrania. Pero ¿por qué una isla tan lejana y de poca extensión ha sido un gran tema de análisis para analistas, políticos de gran renombre y economistas alrededor del mundo?
Se podría atribuir la importancia de Taiwán a 3 factores claves que nos pueden ayudar a entender mejor la complejidad del conflicto: su ubicación, economía y su historia.
Ubicación: La isla se localiza a 120 kilómetros de la costa suroriental de China continental. Este espacio es de suma importancia ya que se encuentra en medio de una zona marítima donde la segunda potencia más poderosa del mundo, al igual que todas las potencias imperialistas, se ha propuesto aumentar su dominio.
Esta posición geográfica forma parte de lo que especialistas llaman la “primera cadena de islas”, la cual serviría como una “colchón geográfico” que protegería a China continental en caso de una hipotética invasión marítima. Esta barrera va desde el sur de Japón, pasa por Taiwán, Filipinas y corre hacia el mar del sur de China.
Es la misma estrategia que utilizó la Unión Soviética durante la Guerra Fría y ha continuado con la guerra de Ucrania. Sin embargo, la cercanía de Taiwán con Occidente también hace que sea deseable su localización en caso de una posible guerra contra el gigante asiático.
Los territorios ubicados en esta “primera cadena de islas” son aliados de Estados Unidos, lo que los convierte en cruciales para su política exterior. China ha admitido sentirse “rodeada” desde el punto de vista estratégico.
Economía: Una enorme parte de los productos que utilizamos a diario utilizan semiconductores (automóviles, lavadoras, teléfonos inteligentes, computadoras portátiles, relojes y consolas de videojuegos, etc.). Durante los primeros años de la pandemia, el mundo experimentó la escasez de estos componentes provocando el desabasto de muchos de los productos previamente mencionados.
Taiwán es el principal fabricante de semiconductores a nivel mundial; tan sólo una compañía, Taiwan Semiconductor Manufacturing Company, conocida como TSMC, controla la mitad del mercado mundial de esta industria.
Una hipotética conquista de la isla por parte de Pekín le daría China el control de una de las industrias más importantes del mundo. De acuerdo con declaraciones dadas por Zeno Leoni, especialista en orden internacional, “China está por detrás de Occidente en el desarrollo de chips y semiconductores, se espera que le tome unos 20 años en ser un auténtico rival para occidente”.
“China y EE.UU. compiten por el desarrollo de estas tecnologías. Si estos chips terminaran en manos chinas, es posible que Occidente pierda acceso a ellos, tenga que producirlos y los precios subirían mucho”, dice Leoni.
Historia: Debido a su importancia estratégica, la isla ha estado bajo el control de diversas potencias a lo largo de la historia. Primeramente, estuvo bajo control chino en el siglo XVII, para después ser capturada por el imperio japones en 1895.
China volvió a hacerse con Taiwán en 1945 después de que Japón perdiera la Segunda Guerra Mundial. No obstante, como consecuencia de la victoria del Partido Comunista de Mao Zedong en la guerra civil en China continental, en 1949, Chiang Kai-shek (líder del bando perdedor) se refugió en la isla de Taiwán proclamando la República de China en ese territorio, defendiendo que seguían siendo el gobierno legítimo.
China continental no ve con buenos ojos que existan “dos Chinas”, y se basa en la historia para decir que Taiwán fue originalmente una provincia rebelde. Sin embargo, el nacionalismo taiwanés argumenta que nunca formaron parte del Estado moderno de China que se formó por primera vez tras la revolución de 1911 ni de la República Popular de China establecida por Mao en 1949.
Taiwán es reconocido por muchas naciones occidentales como la “verdadera” República China, pero las Naciones Unidas cambiaron su reconocimiento diplomático a la República Popular China en 1971.
Hoy en día, tan sólo 14 países reconocen Taiwán como a la República de China. Estos países son: Belice, Guatemala, Haití, Honduras, Paraguay, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Suazilandia, Ciudad del Vaticano, Islas Marshall, Nauru, Palaos y Tuvalu.
#Taiwan organiza nuevos ejercicios militares ante las amenazas de #China
Aunque Pekín puso ayer fin a sus maniobras en torno a la isla autogobernada, un portavoz del Ejército chino anunció hoy que se organizarán "patrullas regulares de combate".#DWNoticias /es pic.twitter.com/3qwq3QaKLO
— DW Español (@dw_espanol) August 11, 2022