El príncipe Andrés, hijo de Isabel II, y su exmujer Sarah Ferguson, se quedaron con los dos perros corgis que dejó la reina. Un portavoz de Andrés, duque de York, confirmó que serán ambos excónyuges quienes se encarguen de Muick y Sandy, según la prensa británica.
Los corgis de Isabel II, que se habían convertido en uno de sus distintivos universales, disfrutaban de una vida de comodidades con su antigua dueña. Cuentan con chefs propios, psicólogos caninos y su propio calcetín en Navidad donde recibían sus regalos.
Tras su muerte, muchos se preguntaban qué sucedería con los canes de Isabel, aunque la hipótesis más extendida entre los expertos en la casa de los Windsor era que el cuidado de los perros recaería en Andrés, de quien se dice que era su hijo favorito.
La pasión de la soberana por los corgis se remonta a la tierna edad de los siete años. Convenció a su padre que le comprase uno cuando Jorge, duque de York, no era siquiera el heredero de la Corona y la familia vivía una vida tranquila en una casa del centro de Londres.
La mayoría de los más de 30 perros que la difunta tuvo en su vida eran de la raza autóctona corgi galés de Pembroke. Ahora, la comunidad de dueños de corgis en el Reino Unido siente que se han quedado sin la gran madrina de sus animales.
El árbol genealógico de los corgis de la reina Isabel. Todos descendientes de su perrita Susan, que le regalaron para su cumpleaños número 18.
📷: BBC. pic.twitter.com/REz1U3nMy6
— Cerebros (@CerebrosG) September 8, 2022