Tras la muerte de la Reina Isabel II, existe un sector de la población en Irlanda del Norte y en Escocia que plantea un lapso de 10 años como máximo para separarse del Reino Unido. El 75% de los habitantes de esas zonas considera que el Ejecutivo tiene que pensar primero en garantizar el bienestar, la salud y el empleo, antes que las modificaciones constitucionales para llevar a cabo un referéndum ante un posible colapso económico.
Es un reporte de Javier Alatorre desde Londres para Hechos.