- Canadá vive la peor crisis de drogas de su historia.
- En la provincia de Columbia Británica se despenalizó la posesión personal de varias drogas.
- Canadá espera que la despenalización proporcione ahorros al sistema de justicia.
Canadá, con sus espectaculares paisajes y su altísima calidad de vida, está viviendo la peor crisis de drogas de su historia. Año con año, las sobredosis, las muertes y la desolación causadas por el consumo de estupefacientes supera los niveles del año anterior.
El consumo de drogas en Canadá no es nuevo. Todo aquel que haya podido visitar ese bello país reconocerá que las calles del centro de cualquier ciudad grande son invadidas por un impúdico olor a marihuana. Sin embargo, desde el 2016, ha habido más de 9 mil muertes aparentes relacionadas con los opioides. En 2017 se perdieron aproximadamente 11 vidas cada día debido a sobredosis de opioides. Para un país tan grande con una población de poco más de 38 millones de personas, el porcentaje es abrumador.
Los jóvenes canadienses de 15 a 24 años son la población de más rápido crecimiento que requiere atención hospitalaria por sobredosis de opioides.
El fentanilo, la droga que contamina las otras drogas
Las drogas callejeras de Canadá se han contaminado con poderosos opioides como el fentanilo. Esto está conduciendo a una alta tasa de sobredosis y muertes. Se están produciendo píldoras falsas utilizando cantidades desconocidas de fentanilo. Además a veces las drogas que se fabrican ilegalmente pueden contener fentanilo accidentalmente cuando se producen en superficies y equipos contaminados con fentanilo. Este super adictivo opioide no tiene ni sabor ni olor, y unos pocos miligramos pueden ser suficientes para matar a una persona.
Soluciones experimentales
La provincia canadiense de Columbia Británica (C.B.) ha empezado a ver el consumo de estupefacientes como un asunto de salud pública, no como un asunto de justicia penal. Desde esta perspectiva se despenalizó la posesión personal de 2.5 gramos de las siguientes drogas: opioides (heroína, morfina y fentanilo), crack, cocaína, metanfetamina y éxtasis.
Los adultos que se encuentren en posesión personal de cualquier combinación de estas drogas ilegales no están sujetos a cargos penales y las drogas no se incautan. En su lugar, se les ofrece información sobre salud y apoyo social. Esto incluye apoyo para hacer una derivación a los servicios locales de tratamiento y recuperación, si se solicita.
No obstante, los adultos que se encuentren en posesión de cualquier cantidad de drogas ilegales en escuelas, aeropuertos, embarcaciones y helicópteros de la Guardia Costera de Canadá, así como en la propiedad privada (comerciales, bares y cafeterías), podrían ser acusados de un delito penal.
Esta medida será efectiva desde el 31 de enero de 2023 hasta el 31 de enero de 2026.
El experimento de Canadá que despenaliza la posesión de pequeñas cantidades de cocaína y heroína en una de sus provincias https://t.co/DbcQcVkMgl
— BBC News Mundo (@bbcmundo) January 31, 2023
Evidencia internacional sobre la despenalización
En muchos países se ha implementado la despenalización de dogas, principalmente el cannabis, y han tenido resultados positivos. Entre las jurisdicciones que han decidido dar este paso se incluyen Portugal, Uruguay, Alemania, Lituania, Australia, República Checa y Oregón, en Estados Unidos.
La evidencia sugiere que la despenalización es una forma efectiva de reducir los daños asociados con el uso de sustancias y la criminalización. Además muestra que la despenalización no está asociada con mayores tasas de uso de sustancias. En Portugal, por ejemplo, desde que de despenalizó en el año 2000 el consumo de todo tipo de drogas, las tasas de muertes por uso de sustancias y sobredosis se han mantenido por debajo de los promedios de la Unión Europea.
Por otra parte, Canadá espera que la despenalización proporcione ahorros de costos al sistema de justicia penal. La experiencia internacional arroja resultados positivos. Desde la que se implementó la despenalización en Portugal, la proporción de presos condenados por drogas ha caído del 40 % al 15 %, y la reducción sustancial de arrestos y cargos alivia la presión sobre el sistema de justicia penal.