El mundo del crimen tiene un nuevo objetivo y un nuevo método para delinquir. Se trata de una organización criminal de delincuentes que vigilan a las víctimas a través de las cámaras de seguridad de las casas de cambio.
Los delincuentes actúan de manera sincronizada, realizando tareas muy específicas. De acuerdo con la información de inteligencia policial, los monitoristas son el primer enlace. Luego los llamados “picadores” siguen a los clientes al salir del aeropuerto. Kilómetros adelante, con la ayuda de un auto, se convierten en un muro para frenar a sus víctimas.
Es un reporte de Diego Borbolla para Hechos.