Este martes, la princesa Mako de Japón rompió sus lazos con la familia imperial tras casarse con el abogado Kei Komuro, al que la joven ha descrito como su soporte emocional. “Para mí Kei es una persona imprescindible. Casarnos era la única opción que podíamos tomar para vivir siendo fieles”, dijo la joven en una protocolaria rueda de prensa junto a su esposo en el Hotel Grand Arc Hanzomon de Tokio, horas después de registrar su matrimonio.
El acontecimiento marca el final de un largo y tumultuoso camino hacia el altar, el cual implicó la renuncia de la princesa a su estatus como miembro de la realeza, y a su dote de 1.4 millones de dólares. Se prevé que Mako se traslade a Nueva York, Estados Unidos, donde su ahora esposo trabaja como abogado en un importante bufete en Manhattan, para comenzar una nueva vida como ciudadana normal.
Desde que la sobrina del emperador Naruhito conoció a Kei Komuro, durante su estancia en la Universidad Cristiana Internacional de Tokio a principios de la década del 2000, la princesa Mako ha sido rotundamente criticada debido al origen humilde de su esposo, lo cual refleja la presión desproporcionada que se ejerce sobre las mujeres en la familia imperial.
Recientemente Mako fue diagnosticada con Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT) tras el anuncio de su compromiso y un intenso escrutinio de la prensa.
Princess Mako, the eldest daughter of Japanese Crown Prince and Princess Akishino, has married her commoner boyfriend and formally left the Imperial Family. She and her husband Komuro Kei spoke to reporters at a hotel in Tokyo on Tuesday.https://t.co/6VhcioE3DZ pic.twitter.com/ogLI0I9Xx8
— NHK WORLD News (@NHKWORLD_News) October 26, 2021